lunes, 20 de julio de 2009

POR ENÉSIMA VEZ: ¿QUÉ ES FILOSOFÍA? (I).

Tengo que comenzar con una advertencia: Pese a que "Boulesis" es una comunidad creada y gestionada por profesores de filosofía que ha tenido a bien admitirme en su asamblea, debo confesar que no soy profesor de filosofía, ni licenciado en filosofía, ni siquiera estudiante de filosofía, sino un modesto "aficionado a la filosofía"...
¿Qué pinta entonces un simple aficionadillo en un sitio tan serio, entre gente tan técnicamente preparada desde el punto de vista profesional o academico?; ¿qué valor puede tener lo que diga un "don nadie" como yo?. Pienso que mucho: Precisamente el hecho de no pertenecer al "mundo" de la Filosofía -ahora con mayúscula- me permite tomar distancia respecto a los temas filosóficos, proyectar una mirada original sobre ellos, como un niño o un hombre primitivo que expresaran su visión de la realidad a través de una pintura "naïf".
Pues bien: Supongo que la cuestión que planteo bajo el epígrafe que da título a este artículo habrá sido formulada una y otra vez a lo largo de miles de años por personas mucho más preparadas que yo. Incluso puede que el problema haya sido ya resuelto y yo no me haya enterado. Solamente pido a mis amables lectores que escuchen la opinión de un niño o de un salvaje al respecto (aún a riesgo de que se me acuse de tratar de "descubrir el Mediterráneo")...

¿Qué es filosofía?. La respuesta parece fácil y sencilla: en sentido etimológico, filosofía es "amor a la sabiduría". Sin embargo, ya de entrada, uno, en su ingenuidad, advierte que la filosofía es justamente lo contrario: es -se podría decir- "el arte de complicarse la vida". El hombre común y corriente, sumergido en el tráfago cotidiano de sus asuntos y sus negocios, considera, incluso, que la pregunta está de más; él lo tiene claro: la vida es un juego que consiste en sobrevivir y reproducirse, y lo demás sobra (ya lo decía el viejo adagio: "primum vivere, deinde filosofía"; e incluso un poeta de la sensibilidad de Antonio Machado llegó a escribir: "Que la suprema ley de la vida-es vivir como se pueda"). Así que el "hombre normal" solo se plantea las tres cuestiones filosóficas típicas ("¿quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos?") en momentos excepcionales (por ejemplo: ante la muerte de un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, un conocido, mientras se fuma un rápido cigarrillo a la puerta de la sala del tanatorio en que se velan los restos mortales del finado; después vuelve, lo más deprisa que puede, a sus historias cotidianas exorcizando esas cuestiones tan abstrusas con tópicos como "la vida es así", "la vida sigue", etc...). Desde este punto de vista, la filosofía sobra, es una especie de lujo para ociosos, de "pasatiempo" para gente que no tiene otra cosa que hacer...

No obstante, hay un tipo de seres humanos que, lejos de sumergirse, como la mayoría, en la cotidianeidad instrumental y práctica, están imbuidos de una especie de obsesión por las "cuestiones fundamentales" que plantea la existencia, como si para ellos el "vivir como se pueda" no fuese suficiente y buscaran "algo más". Ésos son justamente los empeñados en "complicarse la vida", en "darle vueltas a la cabeza" mientras van o vuelven del trabajo en el metro o el autobús, en "buscarle los tres pies al gato" incluso en el momento de máximo relax del día: acodados en la barandilla de la terraza de su casa mientras contemplan el crepúsculo -por ponerlos un poco líricos-. Pero ¿qué les pasa exactamente a esos tipos?; ¿están aquejados de alguna clase de trastorno psicológico que se resolvería mediante un simple tratamiento psiquiátrico?; ¿tienen alguna enfermedad "de moda" como el VIH o la gripe A que requeriría un tratamiento con retrovirales o con Tamiflú?. Desde luego, no se puede negar que son tíos "raros".

A esos tipos hay que analizarlos detenidamente y examinar su discurso, a ver si, como del monólogo de los locos, podemos sacar del él algo mínimamente coherente y útil: A ello dedicaremos nuestro próximo artículo...

1 comentario:

  1. ¿los locos seran los que piensan o acaso puede ser que los locos sean los que no se animan a filosofar?

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